lunes, 30 de marzo de 2009

Supervivencia fuera de casa despues de los 18

Día: 31 Marzo
País: España
Hora: 1:25 am
Actualiza: Fogadramon

¡Ah del blog! [me encanta esa frase]

Llegó el momento en que actualice Fogadramon. Pedí a Lady Beelze que lo hiciera primero porque soy inexperta y novata en estas cosas, así que ahora le doy las gracias por dar el primer paso :9 Gracias amiga, tu primera entrada estuvo muy entretenida y un tema del día a día bastante general... Tanto que, mientras meditaba sobre que hacer mi publicación, he decidido actualizar con la segunda parte del mismo, basada en mi experiencia y claro, rigiéndome por el método de educación en España. Allá vamos entonces, procurare no alargarlo demasiado (soy muy novelera), pero comprendan que ya es mi tercer año universitario y tengo bastante por contar:

Cómo tener más de 18 años, ir a la universidad, dejar de vivir con tus padres y no morir en el intento

Fascinante. Has cumplido dieciocho años, has acabado bachillerato y realizado el examen de selectividad de acceso a la universidad... ¡y has aprobado! Debes entonces elegir que estudiar, tu camino hacia el futuro, y una vez superado aquello ya todo lo demás no importa porque... ¡¡Iras a vivir independientemente de tus padres!!

Con un poco de suerte (o no, porque eso significa que no tienes dinero para pagar una residencia) iras a parar a un piso de estudiantes, quizás con tres colegas más, que conoces de antes o has conocido en el mismo momento que decidiste alquilar la habitación.

~ El primer año:

¡¡Eres becaria!! Te comes el mundo. Comienza el curso y no tienes problemas para nada. Como has conseguido decidir que estudios realizar (a pesar de tener una nota media de selectividad bastante mediocre), estas aprendiendo cosas que de verdad te gustan; así vas todos los días a clase, te levantas como una hora antes para desayunar rico y poder tener energía para toda la mañana, te presentas con folios inmaculados y tomas apuntes con varios bolígrafos de colores (diferencias título, fecha, texto, palabras importantes...), poniendo las fotocopias al lado porque las has sacado siempre a primera hora.

Te fascina y apasiona ir a las practicas, ya sean de campo o de laboratorio, o incluso disfrutas las que debes hacer en casa escribiendo, ya sea en grupo, por parejas o en solitario.

Haces amigos, con los que quedas para salir e ir de tapas. ¡¡Que alegría!! No importa a que hora regreses a casa, no están papá y mamá para recriminarte el horario. Y aún eres suficientemente maduro como para volver a ir a clases al día siguiente a pesar de haberte acostado a las 3 o las 4 de la madrugada. A todo esto le eliminaremos las batallas a la hora de cocinar, porque aunque seas un fracaso todo se hace divertido.

¿Por qué? Porque son los primeros meses de tu primer año.

~ Examenes: primer asalto: Has aprobado la gran mayoría de exámenes, ¡felicidades! Han quedado algunas por aprobar, pero no importa porque como tantas veces te han dicho otros alumnos veteranos “siempre quedará septiembre” (última oportunidad para aprobar, un examen extraordinario antes del nuevo curso).

Uf, es el segundo cuatrimestre, ya ha pasado medio año, medio curso. Te has percatado de que todo lo que has dado en el instituto en varios años ha sido concentrado en esos cuatro meses anteriores junto con miles de datos nuevos... pero no importa, aún estas de humor para soportar el estrés de las cosas nuevas que quedan por llegar.

Has dejado de llevar tantos bolígrafos a clase, los apuntes te quedan todos homogéneos y con letra casi ininteligible por escribir a toda velocidad. Te preguntas porqué dan tanta importancia a la caligrafía en la escuela si después en la universidad el profesor no se toma ni un segundo de descanso para respirar y tienes que comprarte una mano nueva al final de cada clase, porque la tuya esta medio rota del estrés. Acabas escogiendo algunos días para faltar... total, la asistencia no cuenta. Con tus amigos comparas apuntes, os pasáis los días que unos han faltado y así os complementáis.

~ Examenes: segundo asalto: Vaya, no esta mal, has conseguido aprobar también... lástima que no te llegue el número de aprobados para conseguir beca el año que viene. Tendrás que esforzarte al máximo en Septiembre.

Verano: vas a clases particulares.

~ Exámenes: Septiembre: Un desastre. Has pringado todo el verano para nada... suspendes y te has quedado sin beca. Te consuelas pensando que eres como la gran mayoría, que solo obtienen beca una vez en su vida. Quizás para el año siguiente lo consigas, esa es tu meta.

~ El segundo año:

Como has suspendido decides recuperar volviendo a tomar esas asignaturas del año anterior además de todas las de segundo curso (a cada vez que suspendes una asignatura debes pagar un 10% mas en la matricula). Piensas que será mas fácil... si total, ya has visto toda la teoría, debería ser más sencillo de asimilar.

Hablas con tus padres, no hay dinero propio con el cual mantenerte así que das un par de pasos atrás y te ves atada a su pago mensual (estas ocupada de lunes a viernes mañana y tarde y los fines de semana estudiando, así que no tienes tiempo de trabajar para cubrir tus necesidades tu mismo). Les consuelas diciendo cuánto vas a esforzarte por aprobar todas las asignaturas. Has tomado tantas (16? 17?/al año) porque las normas para poder obtener beca así lo dicen.

Sigues yendo a clase pero ahora es todo más complicado, estás en segundo. Los folios de los apuntes se te pierden, los amigos del año anterior no son los mismos ya que cada cual ha suspendido y aprobado diferentes asignaturas. Estrés, agobio, vas a clase y se te pasa la mañana volando... y un día despiertas y descubres que han llegado:

~ Exámenes: cuarto asalto: Que rápido pasa el tiempo. Tras el fracaso de septiembre vas bastante desmoralizado, pero no pasa nada, ¡tu puedes con ello! Ves como algunos de tus compañeros hacen trampa por aprobar o simplemente tienen suerte y lo consiguen sin estudiar (esos son los que los veteranos llaman “alumnos que tienen una flor en el cul*”), pero tu eres fiel y decides estudiar (o eres demasiado cobarde para intentar copiar). Haces trabajos, exámenes de teoría y de prácticas, hablas con profesores... y suspendes.

Vas a revisión de los exámenes y te dan excusas: Has escrito más de la cuenta, no has escrito suficiente, has leído mal el enunciado, solo has contestado mal una única pregunta pero era la más importante de todo el examen que constaba de varios folios, te suspende quizás por el vocabulario utilizado (poco técnico, demasiado técnico) o la hortografía (con esto quiero decir que él también las comete), has realizado bien el ejercicio pero considera que debes repetir... y todo por tu bien, of course. Vaya paliza.

Si has aprobado alguna lo consideras casi un milagro, los profesores te miran como si te hubieran hecho un favor. Algunos alumnos con mucha labia pueden aprobar contando un par de chistes al profesor, que irónico, y tu con un 4’7 no consigues las 3 décimas para aprobar ni aunque le beses los pies.

Y, oh si, ahora la parte preferida de Lady Beelze. Hablas con tus padres sobre tus suspensos y ellos echan la culpa a Internet, como no... es el diablo. “Siempre en internet, no estudias nada”, ¿¡¡quizás sea que ellos no te ven porque estas en otra casa!!? Te piden que regreses al hogar pero tú te niegas. Quieres vivir tu propia vida y conseguir independizarte completamente, no volver atrás. Y llegan las temidas comparaciones, ya sea con amigos, hijos de amigos, primos o gente inexistente.

Te sientes como la oveja negra.

~ El tercer año:

Como has vuelto a suspender debes retomar muchas antiguas asignaturas. Eres repetidora pero ya sabes, por la experiencia anterior, que eso no te va a ayudar. El costo de la matricula ya asciende a números tan elevados que has decidido engañar a la universidad diciendo que eres becaria, para así conseguir tiempo para reunir el dinero antes de que te lo exijan (truco antiguo y eficaz xD).

Te cuesta levantarte para ir a clases. Ya no desayunas y te despiertas con el tiempo justo para prepararte y salir corriendo porque llegas tarde (probablemente olvides llevar folios o bolígrafo... las fotocopias hace tiempo que dejaste de comprarlas por falta de dinero). Pasas junto al gran espacio central de la facultad, un “socavón” que cubre las 7 plantas y subterráneos que comprenden el edificio, por el que sabes ya alguien en años anteriores se arrojó para encontrar la muerte (suicidios en la universidad, no es una novedad), y te hace comprenderle un poco más.

~ Exámenes: séptimo asalto: Caótico. Decidiste, siguiendo consejos de los veteranos, no presentarte a todas las asignaturas, sino que seleccionas unas pocas para preparártelas bien y tener mayor seguridad (y probabilidad) de aprobarlas... pero no funciona. Las excusas que te ponen para los suspensos son cada vez mas surrealistas. Dejas de ir a las revisiones.

Gritas por la ventana (terapia del grito), algún loco te responde (¿Tan estresado como tu? Quizás), repites el grito. Te estas quedando calva, se te cae demasiado el pelo y tu abuela te dice que pasa porque es la época de las berenjenas... pero tu crees que te estas muriendo (jajajaja xD).

Decides cambiar de estudios, probar cosas nuevas, descubrir algún talento interno hasta ahora oculto... ansías encontrar algo que no te haga sentir inútil. Buscas amparo en mamá y papá, ¿para qué? Para nada. “No dejes la facultad, sigue intentándolo, sino ¿para qué te he pagado tanto?”. Que presión. Tu ya estas no solo cansada sino asqueada. Odias la facultad y odias lo que estudias. Sigues intentándolo a pesar de desear buscar otro camino que te lleve a ser feliz.

Estrés, exámenes parciales, agobio, prácticas, trabajos con gente que te cae mal, meterte en un río en pleno invierno, madrugar para estudiar, quemarte con ácido sulfúrico en el laboratorio, drogarte para aguantar el esfuerzo, trabajos de investigación, caminar por toda la ciudad durante horas porque no tienes dinero para el transporte público cuya tasa crece cada día, pelearte con la vecina por el ruido, que te llueva en medio de la nada, no fiestas, no sol, no amigos, no tiempo para uno mismo... crisis, pecho oprimido y sentimiento de culpa porque aún eres mantenido por papá y mamá.

Y vas y te arrojas por el socavón del edificio de la facultad.

¡¡Ah!! Un momento, es cierto, se supone que no debes morir en el intento... Entonces rebobinemos y meditemos. Esto se ha puesto demasiado dramático y no tiene por qué (aunque a mí me resultó comedia). Solo siéntate, relájate y piensa sobre qué es lo que quieres para tu vida. Ya no eres un niño. Es cierto que hay gente que puede superar todo eso, porque una vida tensa le hace más fuerte, se toma los obstáculos como una barrera de auto-superación... nunca hay que perder la esperanza (que bonito).

Pero también es cierto que otros no somos tan fuertes. Yo no funciono con presión, sino con cariño y si algo me queda grande, después de intentarlo 1001 veces debo ser capaz de admitir que me he equivocado. Rectificar es de sabios. Hay que ser suficientemente maduros como para comprender que aún somos jóvenes y tenemos tanto tiempo por delante que vale más probar estudios nuevos que vivir amargado haciendo algo que, si bien antes te gustaba, ahora te asquea. Hay que contentar a los padres, pero siempre será tu vida (y tus sueños) la que esté en juego y debes pararte unos segundos y preguntarte qué es lo que quieres. No solo existe la universidad.

Cambia de estudios. Cambia de trabajo. Cambia de amistades. Cambia de casa. Cambia de vida... porque ya saben que ésta es demasiado corta como para ser infelices y creo que precisamente en ser feliz reside la clave del éxito.

2 comentarios:

  1. :P Publiqué al principio de la entrada un apartado diciendo la hora y el día, porque la diferencia horaria es muy grande :O Es curioso!

    Espero que no se haga aburrido, el de beelze me gusto muchisimo pero yo me extendi demasiado creo ^^U

    bueno bye!! :3

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  2. Pues a mí me encantó,Foga *o*

    En cierto modo me siento muy identificada con lo que has escrito, no llego tal vez al extremo de asquear lo que estudio, pero sí me he planteado muchas cosas, aunque sé que lo que estudio creo que es lo único que me podría llegar a hacer feliz en mi futuro (si es que lo tengo).

    En fin, me identifico con el sentimiento, estrés, falta de tiempo, aprobar las asignaturas para conseguir la beca... piensas que ya entras en una etapa difeente, ya eres adulto y debes de aprender a mantenerte por tí mismo, necesitas demostrale a tus padres que puedes con ello, pero si la realidad te dice que no es así, después de haber puesto el mayor esfuerzo en ello ¿por qué no rectificar? ¿por qué no buscar una opción distinta, que te lleve a algo que sabrás que en un futuro disfrutarás?

    En fin, a mi me parece una etapa muy complicada, la necesidad de hacerse mayor para afrontar las complicaciones que nos depara la vida y a la vez el no querer serlo, el evadir la responsabilidad y volver a ser aquella chica de 16 años que sólo se preocupaba de ir al instituto y de aprobar aquellas asignaturas que no se le daban bien.

    Por lo menos así es como me siento yo, realmente me siento muy identificada con lo que has escrito pero a mi manera xD!

    En fin, que me ha encantado chica, ya os leeré más.

    ¡Besitos!

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